El partido de la matinal del domingo en Santiago, ante un Obradoiro que quería luchar por entrar en los Playoff, fue una muestra más del bajón físico y mental que están atravesando los Hombres de Negro. No pretendo que sirvan de excusa las lesiones, ni las mermas físicas, pero es obvio que todo ello también afecta a nivel mental.
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Foto: ACB Photo/ J.Marqués |
Con Kostas viendo el partido en Bilbao, y Pilepic (una vez más) relegado al banquillo el Bilbao Basket se peleaba con una línea de 6,75 que hasta el último cuarto no se dejó hacer. Mientras, enfrente, un equipo que tenía mucho que ganar y que necesitaba una victoria. Resultado de todo ello, el equipo de Katsikaris por detrás todo el partido observando como Obradoiro cada vez creía más en sus opciones de Playoff.
Pero mi análisis pretende ir mucho más allá, mi análisis de la catástrofe ni siquiera comienza aqui. Allá por la lejana jornada 25 de la Liga Regular, con el equipo como 4º clasificado empatado a victorias con el Barça de Xavi Pascual, y con un calendario más que asequible por delante, comenzó la debacle. Dos derrotas seguidas ante Manresa y Fuenlabrada, supuestamente justificadas porque el equipo estaba pensando más en la Eurocup que en la competición doméstica. Después vendrían el partido contra el Murcia, que se saldaba en positivo, y el viaje a Charleroi que podría haber cambiado el sino de la temporada.
Tras la derrota en la final de la Eurocup el equipo recibió un mazazo importante, un servidor pudo estar presente en Bélgica , y créanme cuando les digo que esa derrota sentenció la cuarta plaza y el sueño de llegar lejos en la Liga Endesa este curso. A esta derrota le siguieron una serie de acontecimientos que terminaban de medrar la moral de un grupo que hasta entonces no sabía lo que era bajar la cabeza. No voy a entrar ni en los temas económicos del club, la ayuda de la Diputación, ni el comienzo de la rumorología que colocaba a nuestro entrenador, y algunos de nuestros jugadores fuera del club la próxima temporada. Pero todo ello suponía el segundo, y seguido, mazazo moral para nuestros Men In Black.
A partir de aquí todo cambió de color, el equipo no era capaz de jugar con fluidez, la defensa (tarea pendiente toda la temporada) hacía más aguas que nunca, y los resultados no acompañaban. Derrota en Canarias ante un atrevido C.B.Canarias, seguido llegaba un pequeño bálsamo en forma de victoria ante el Cai Zaragoza en el reencuentro de los Hombres de Negro con su afición tras la derrota europea. Pero los vecinos de Vitoria vinieron a poner las cosas en su lugar y devolvernos a la realidad, a pesar de la irrupción, desde el partido anterior, de Pilepic el equipo seguía lejos de su nivel. Seguido, y casi sin poder tomarse un respiro para pensar y coger impulso, viaje a Sevilla para lograr una victoria ante un deslucido Cajasol.
Se llegaba a la jornada 33 en casa aún con opciones de luchar por la cuarta plaza, la aparición de Pilepic, y lo cercano de la meta que se quería lograr hacían soñar a algunos, un servidor incluido, de que todavía el equipo tenía mucho que decir el esta fase regular. Pero que pobres fuimos los que soñamos, el Valencia llegó a Bilbao teniendo muy claro lo que debía hacer. El planteamiento de un juego físico y duro que hizo Perasovic fue imposible para unos Hombres de Negro que lucharon hasta el último cuarto, momento en que Valencia subió un poco las revoluciones y decidió llevarse el partido.
La cuarta plaza ya se daba por imposible, y más aún, la victoria del Cai nos alejaba incluso de la quinta plaza, relegandonos al sexto puesto. Con esta derrota, de la mano, llegaban más malas noticias en el seno del club, al que se le complica la economía cada día más. Y así llegamos a la última jornada y la ya comentada derrota ante un valiente Obradoiro.
En resumen, desde la jornada 25, con el equipo en la cuarta plaza, 3 victorias y 6 derrotas, que colocan a los Hombres de Negro en el duro papel de tener que enfrentarse al F.C.Barcelona con el factor campo en contra.
Lejos están mis pretensiones de ser halagüeño pero el Bilbao Basket necesita un cambio de chip brutal para poder hacer un buen papel ante los catalanes. Todo queda en manos de Katsikaris, que puede terminar su etapa en Bilbao con un sabor agridulce o dando a la afición una alegría inesperada. Yo seguiré creyendo en lo segundo hasta que se me demuestre lo contrario.
When Warriors Dream